Impacto del Tren Maya en las profundidades de Quintana Roo
El acuífero en Quintana Roo muestra daños por el paso del Tren Maya en la selva de la Península de Yucatán.
En el corazón de la selva de Quintana Roo, se está forjando el proyecto del Tren Maya. Desde las entrañas de una de las cavernas más importantes, Ulises Grajales Valdivia, de Fuerza Informativa Azteca, nos sumerge en una cruda realidad de destrucción y desolación.
Para alcanzar las estructuras amenazadas por los pilotes del tren, debemos adentrarnos en el intrincado laberinto del Acuífero Maya, atravesando caminos tortuosos y sumergiéndonos en las aguas que alguna vez fueron puras y cristalinas. Allí, entre estalactitas y estalagmitas que han sido testigos de milenios de evolución, ahora se cierne la sombra de la destrucción.
Guillermo D’Christy, activista de “Selvame del Tren”, nos confronta con la realidad desgarradora: más de 122 cavernas están siendo impactadas por la implacable expansión de los pilotes, con consecuencias catastróficas para el patrimonio natural y cultural de la región. Las perforaciones resonantes nos recuerdan la crudeza del daño que se está infligiendo a la selva maya de Quintana Roo.
Las camisas de acero, destinadas a proteger las estructuras, se convierten en símbolos de corrosión y engaño. El presidente promete un recubrimiento para evitar la corrosión, pero la realidad es que el acuífero se contamina cada vez más con la presencia de varillas y concreto.
Pepe “Tiburón” Urbina, de la Asociación Civil @SelvaMemx, denuncia la pérdida irreparable de una de las joyas más preciosas de México. Desde el interior de la cueva, el estruendo de las máquinas taladradoras resuena como un lamento en la selva de Quintana Roo.
Emergiendo de las profundidades, observamos con horror el paisaje desolado en el kilómetro 40 del tramo entre Playa del Carmen y Tulum. A pesar de la suspensión judicial, más de 9,200 pilotes ya han sido instalados, dejando al descubierto la devastación y el ecocidio en curso.
