Llegó el cierre del primer trimestre del año y con ello, el momento para hacer el primer corte grande de caja personal… Es este el momento ideal para sentarnos a hacer conciencia sobre lo mucho o poco que hemos cumplido nuestras metas y propósitos, aquellos que nos propusimos en año nuevo o el año pasado… Que si la dieta, el ejercicio, que si queremos mejorar algunos aspectos en el trabajo y otros propósitos personales… Justo estaba haciendo este corte de caja cuando me di cuenta de que en realidad, ningún año de toda mi existencia he podido presumirle a la gente y decirle que me aviento un libro por mes..
Quizás a muchos les parecerá algo exagerado, 12 libros, puesto que el promedio de lectura no es así de alto en nuestro país. Pero también sé que muchos otros tendrán la dicha de pavonearse al leer estas palabras, sabiendo que cumplen mejor que yo sus proyectos personales de lectura. Créanme, tengo un muy buen amigo que estoy segura, leerá esta columna, que lee entre 15 y 25 o más libros al año (como acotación, tuve que meterme a sus redes sociales a stalkear sus historias destacadas para contarlas, y además sé que ahí puedo ver recomendaciones de títulos cuando no tenga ni idea sobre qué leer).
Apenas veía un artículo que me dio un poco de gusto, haciendo el recuento del año pasado. Les cuento, en el 2022 el promedio de libros leídos por los mexicanos, hombres y mujeres fue de 3.9. Esta es la cifra más alta desde el 2016. Me pongo a pensar que quizás el que la pandemia nos haya obligado a buscar más actividades dentro de casa ayudó a subir nuestro promedio de lectura. Y para ser honesta, cuando vi la cifra no pude evitar sonreír sabiendo que usualmente rebasó este número al año. Me atrevo a decir que la gente con la que comparto día con día normalmente me ve ir de un lado al otro con un libro en la mano, ya sea en la oficina, en los viajes, o en mis tiempos libres bajo el techo en el que vivo. Y luego, también es la misma gente cercana quienes me han compartido las mejores historias para leer.
En lo personal, me gusta leer y siempre me ha gustado. Recuerdo el gran librero que tenían mis papás en la casa, y la curiosidad que me causaban tantas carátulas, tamaños y colores. Claro, mientras alcanzaban las historias en las repisas más altas, yo tenía en manos algún ejemplar de “Paco Pedacitos” o algún otro libro infantil. En la escuela, a pesar de que los libros eran impuestos por obligación, había mundos de fantasía como Harry Potter o romances como el de Jane Eyre que mantenían viva mi afición por las páginas impresas.
Incluso al escribir este texto me dan unas ganas enormes de sentarme con un buen café en mano a leer una buena historia. Ya sea con el aroma de las páginas impresas o con la practicidad de una tablet, lo que me gusta de avanzar y terminar un libro, es esa sensación de satisfacción al cerrar la última hoja del libro.. Estoy segura que muchos de ustedes entienden a lo que me refiero.
Al corte de este primer trimestre puedo decir que no voy tan mal, llevo 2.5 libros en 3 meses. El primer libro cerrado este 2023, “La verdad sobre el caso Harry Quebert” tiene una historia más larga que las otras, pues fue un libro que comencé y perdí en un avión; que volví a tener en manos y que volví a perder, y que entonces al tener otro ejemplar totalmente nuevo fue cuando encontré el 2do ejemplar que pensé que había perdido, muy bien guardado en mi cajonera de la oficina.
El segundo fue una biografía sobre los Curie bastante interesante y ahora, el “.5” o medio libro que llevo y que ya estoy por acabar retrata la vida e historia de las hermanas Mirabal, escrito por la misma Dedé Mirabal, y con la que no saben ustedes cómo he sonreído al imaginar a la perfección a cada uno de los personajes retratados, cómo me he enojado y hasta llorado de verdad con cada episodio. Eso es lo que tanto me gusta de sentarme a leer un buen libro, los sentimientos que transmiten sus hojas, los lugares a donde te lleva la imaginación, el cúmulo de todas esas lecciones de las vivencias ajenas que por cuenta propia no pudiera haber aprendido.
Vaya, haciendo su corte de este primer trimestre, creo que yo no voy tan mal, al menos con el propósito de la lectura.. Y sobre los otros propósitos.. Pues les diré que ahí los vamos trabajando, pero mejor… Mejor lo dejamos para contarles más en otra edición de la columna.
