Columna QR: Kennedy, la otra historia

Hoy, José Martín Sámano, nos cuenta en una nueva edición de su Columna QR, el trabajo que lo llevó a Texas para investigar sobre el asesinato de Kennedy.

José Martín Sámano
Opinión
Columna QR Kennedy, la otra historia

En 1988 -prácticamente al inicio de mi carrera-, yo trabajaba para Don Guillermo Ochoa, uno de los grandes maestros de la conducción televisiva con quienes he tenido la suerte de colaborar.

Una tarde me llamó a su oficina y me ordenó viajar a Dallas, Texas, para realizar un reportaje especial en el 25 aniversario del asesinato del presidente John F. Kennedy ocurrido el 22 de noviembre de 1963.

Me dijo que fuera al sitio donde le dispararon, al hospital donde lo declararon muerto, al cine donde detuvieron al presunto tirador y a la cárcel dónde éste último fue a su vez ejecutado a quemarropa durante una transmisión en vivo de su traslado, entre otros puntos de interés.

Antes de partir a la encomienda comencé a leer acerca de lo ocurrido en Dallas y me encontré con que algunos investigadores independientes comenzaban a desacreditar por vez primera la versión oficial del asesino loco y solitario -Lee Harvey Oswald-, asegurando que en realidad había sido una conspiración en la que muy probablemente hubiera participado el entonces vicepresidente Lyndon Johnson, con la participación de fabricantes de armas, miembros de la mafia y de la resistencia cubana quienes odiaban a Kennedy y a su hermano Robert, entonces Fiscal General, por haber tocado sus intereses.

Lo que encontré en Dallas fue fascinante. Efectivamente, los opositores a la “verdad histórica” del caso habían reunido infinidad de testimonios y evidencias de lo que realmente pasó.

Fue así que, por ejemplo, pude entrevistar a la enfermera que recibió el cuerpo de Kennedy y quien me dijo que la viuda Jackeline, llevaba entre sus manos un pedazo de cráneo de la parte posterior de la cabeza de su marido y le dijo: tome... ¿servirá de algo?

También platiqué con expertos forenses quienes me mostraron entre otros materiales hasta entonces no publicados, las fotografías de la autopsia donde claramente se observaba que el disparo fatal llegó desde el frente y no desde la parte posterior desde una ventana de un sexto piso realizado por Oswald como señala la versión oficial.

Pero la pieza fundamental de evidencia es sin duda la película tomada por un camarógrafo aficionado donde se aprecia como la cabeza de Kennedy se sacude violentamente hacia atrás cuando recibe el tiro fatal lo cual indica que vino desde el frente aunque también hubo disparos desde otros puntos. Esa película fue decomisada por el FBI y hasta 1975 fue difundida al público en general.

De regreso en México, presenté no sólo la crónica del 25 aniversario, sino una serie de siete reportajes con esta nueva visión de lo ocurrido cuando ni siquiera en Estados Unidos se atrevían a publicarlo. En los años siguientes volví en varias ocasiones a Texas para continuar con mi trabajo periodístico y me reuní con otros testigos e investigadores. Incluso realicé un video documental que se lanzó a la venta con gran éxito (aunque nunca pude ver las ganancias).

En fin, ahora que se cumple un año más del asesinato de Kennedy la pregunta no es quién jaló los gatillos sino ¿Qué habría pasado si no lo hubieran matado y se hubiera reelegido? ¿Cómo habría cambiado el mundo con su visión firme pero pacifista en tiempos de la Guerra Fría y cuál habría sido su legado completo para la historia?

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