¿Hay alimentos que calman la ansiedad? Expertos lo explican; toma nota

Descubre cómo tu alimentación puede influir en la ansiedad; aprende qué alimentos te ayudan a sentirte más tranquilo y cuáles pueden empeorar tus síntomas

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La ansiedad es una realidad para muchas personas, con síntomas que pueden ir desde una ligera inquietud hasta ataques de pánico que impactan significativamente la calidad de vida. Afrontar la ansiedad es un desafío que a menudo requiere ajustes en el estilo de vida, y si bien la alimentación por sí sola no es una “cura”, sí puede ser un aliado poderoso para mitigar sus efectos y mejorar el bienestar general; esto dicen expertos sobre los alimentos que pueden ser beneficiosos.

¿Es cierto que lo que comemos puede influir en cómo nos sentimos emocionalmente? La respuesta es sí. De acuerdo con los médicos, determinados alimentos pueden agudizar los síntomas de la ansiedad, mientras que otros tienen un efecto tranquilizante y favorecen un estado de ánimo más equilibrado.

Estrategias de alimentos para calmar la ansiedad

Aquí te presentamos estrategias alimentarias clave para apoyar tu salud mental y/o en su caso, según expertos del Instituto Nacional de Salud Mental de EU, poder calmar tu ansiedad:

Desayuno con proteínas: Energía estable y saciedad

Inicia tu día con un desayuno que incluya una buena dosis de proteína: alimentos como huevos, yogur griego, o incluso un batido con proteína en polvo, te ayudarán a sentirte satisfecho por más tiempo y a mantener estables tus niveles de glucosa en sangre; esto se traduce en una energía más constante a lo largo de la mañana, evitando los picos y caídas que pueden influir en el estado de ánimo y la irritabilidad.

Carbohidratos complejos: El aliado de la serotonina

Los carbohidratos complejos son fundamentales en una dieta anti-ansiedad. Se cree que estos macronutrientes aumentan la producción de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor conocido por su efecto tranquilizante y regulador del ánimo. Incluye alimentos ricos en carbohidratos complejos como:

  • Avena: Ideal para el desayuno.
  • Quinoa: Versátil para ensaladas o como guarnición.
  • Panes integrales: Una mejor opción que el pan blanco.
  • Cereales integrales: Busca opciones sin azúcares añadidos.

Por el contrario, hay evitar los carbohidratos simples, presentes en alimentos y bebidas altamente azucaradas, ya que pueden provocar fluctuaciones bruscas de glucosa y, consecuentemente, en tu estado de ánimo.

Hidratación: Un pilar fundamental

La hidratación es más importante de lo que imaginas para tu salud mental. Incluso una deshidratación leve, donde el cuerpo no tiene suficiente agua y otros líquidos para funcionar adecuadamente, puede afectar tu estado de ánimo y aumentar la sensación de ansiedad. Asegúrate de beber mucha agua a lo largo del día, incluso si no sientes sed intensa.

Limita o evita sustancias que agudizan la ansiedad

Ciertas sustancias pueden empeorar la ansiedad, por lo que su consumo debe ser moderado o evitado:

  • Alcohol: Aunque inicialmente puede parecer que relaja, a medida que el cuerpo lo procesa, puede generar tensión y nerviosismo. Además, impacta negativamente la calidad del sueño, un factor clave en la ansiedad.
  • Cafeína: Es un estimulante que puede provocar agitación, nerviosismo y aumentar la ansiedad. Si consumes cafeína, intenta limitarla o evítala por completo al menos 10 horas antes de dormir para no afectar tu descanso.

Sensibilidad alimentaria y una dieta equilibrada te ayudarán

Médicos indican que hay que prestar atención a los alimentos a los que eres sensible. Ciertos alimentos o aditivos alimentarios pueden causar reacciones físicas desagradables que, a su vez, pueden desencadenar cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o ansiedad. Llevar un diario alimentario puede ayudarte a identificar estos detonantes.

En general, la clave es adoptar una alimentación saludable y equilibrada. Consume abundantes frutas y verduras frescas de diversos colores y evita comer en exceso. También es muy útil incorporar pescados ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón, que son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su impacto positivo en la salud cerebral y el estado de ánimo.

Es vital recordar que, si bien estos cambios en la alimentación pueden mejorar tu estado de ánimo general y la sensación de bienestar, no sustituyen un tratamiento profesional para la ansiedad. La modificación de hábitos, como mejorar la calidad del sueño, buscar apoyo social, practicar técnicas de reducción del estrés y realizar ejercicio regularmente, también son pilares fundamentales. Sé paciente, ya que los resultados pueden tardar en manifestarse.

Si tu ansiedad es grave, interfiere con tus actividades cotidianas o te impide disfrutar la vida, es fundamental buscar ayuda profesional. La terapia de conversación (psicoterapia), y en algunos casos la medicación, son tratamientos efectivos y recomendados para manejar la ansiedad.

EDICIÓN: DIEGO BENÍTEZ

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