Imagina un perro callejero que llega puntual a un local de hamburguesas, deja una piedra en la puerta como si fuera su tesoro más valioso y espera con ojos expectantes su recompensa diaria.

¿De qué se trata?

Se trata de un tierno perrito que, desde hace semanas, visita un establecimiento en CDMX. Cada día, deposita una piedra en el suelo mientras el personal prepara una hamburguesa para él. El dueño del lugar, conmovido por su ingenio, acepta el “pago” y le entrega la comida, convirtiendo este ritual en un espectáculo de lealtad.

Usuarios comentan con humor: “Piedolares al poder” o "¡Adóptenlo ya!”, mientras otros expresan ternura.