Columna QR Libertad o mayoría

José Martín Sámano
Opinión
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¿Qué es más importante para una sociedad moderna? ¿La democracia o la libertad y las leyes? En un arrebato filosófico estuve debatiendo este fin de semana con un pequeño grupo de amigos en animada sobremesa. La democracia por encima de todo, dijo uno de ellos.

“No se puede pensar en una forma de organización política que no esté basada en la voluntad de la mayoría por encima de cualquier otro principio”. El pueblo -agregó refiriéndose a una mayoría-, es el que decide qué tipo de gobierno debe tener un país y quien o quienes deben ejercer el poder. Yo le pregunté: ¿Y si la mayoría estuviese equivocada? ¿Y si la mayoría se pasa por el arco del triunfo las leyes y libertades individuales? Porque desde mi punto de vista, no necesariamente el grueso de las personas, dentro de una empresa, una asociación de cualquier tipo, una familia o simplemente este grupo de amigos, es el que tiene la razón absoluta y tampoco puede establecer sin temor a equivocarse qué es bueno o malo para los demás. “Una gran cantidad no equivale a la totalidad; muchos -por más que sean-, no puede equipararse a todos”, decía en el Siglo XIX el filósofo inglés John Stuart Mill quien defendía la libertad del individuo por encima del control estatal y social ilimitado.

La charla que le menciono comenzó con un tema que comentamos en el desayuno acerca de la detención del fiscal de Morelos Uriel Carmona, acusado de retardo de la justicia en la investigación del feminicidio de una joven ocurrido hace algunos meses. Quizás una mayoría de la sociedad pueda estar a favor de que esta detención basada en señalamientos que, falsos o verdaderos, se hayan hecho en contra del aún fiscal. “Sin embargo, es un hecho que este señor goza de fuero constitucional debido al cargo que desempeña y por lo tanto no debieron haberlo detenido mientras continuara en funciones”, comentó uno de los presentes.

Así dice la ley. El riesgo, dijo otro de mis amigos, es que esto puede sentar un peligrosísimo precedente en el que las libertades y derechos basados en la ley queden por debajo de la voluntad popular o de los controles estatales y sociales como señalaba el filósofo Mill. Opositores, candidatos, líderes sociales de cualquier tipo y por supuesto periodistas, estaríamos en un terrible riesgo de perder nuestros derechos y libertades en caso de que comiencen a validarse por parte de la opinión pública (léase mayoría) acciones ilegales como la detención de un funcionario con fuero. Incluso si esa mayoría que sigue determinada corriente considera que se hizo lo correcto en bien de la sociedad.

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