Pablo Dimitroff, director de la Clínica Olivos, donde Diego Armando Maradona estuvo internado antes de su fallecimiento, declaró como primer testigo en una nueva audiencia en el Tribunal Oral en lo Criminal N.º 3 de San Isidro, Buenos Aires, en un juicio por la muerte del ícono del fútbol mundial, que avanza de manera polémica.
El médico expuso que el exfutbolista presentaba conductas autolesivas, alteraciones en el ciclo sueño-vigilia y no cumplía con la medicación, razones por las que desaconsejó su internación domiciliaria. Como se recuerda, siete trabajadores de la salud enfrentan cargos por homicidio simple con dolo eventual en este caso que marcó a los fanáticos del balompié de Argentina y el mundo.
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Detalles de la declaración de Dimitroff en el juicio por la muerte de Maradona
Maradona fue intervenido quirúrgicamente en la Clínica Olivos por un hematoma subdural en la cabeza y permaneció ingresado hasta el 11 de noviembre de 2020. Tras su alta, fue trasladado a una residencia privada en Tigre, donde falleció el 25 de noviembre de ese año. Según Pablo Dimitroff, el astro mostraba comportamientos que dificultaban su recuperación: “Sus conductas eran autolesivas, no comía como corresponde, tomaba cosas que no le hacían bien, no se levantaba de la cama, estaba despierto de noche y dormía de día, no cumplía con la toma de medicación”.
El director de la clínica expresó su preocupación por la decisión de trasladar a Diego Armando Maradona a un domicilio particular. “Nos parecía que el domicilio no era el lugar adecuado para la continuidad del tratamiento iniciado en Clínica Olivos con el drenado del hematoma”, afirmó. El médico sugirió que una institución especializada en rehabilitación motriz, adicciones y manejo de síntomas de abstinencia era la mejor opción para garantizar una recuperación adecuada.
Dimitroff comunicó sus inquietudes a Leopoldo Luque, médico de cabecera de Maradona, y a Agustina Cosachov, psiquiatra, ambos imputados en la causa. “Era un paciente complicado para llevárselo nuevamente al domicilio”, advirtió el testigo, quien señaló que la familia y el equipo médico reconocían las dificultades para manejar al exfutbolista en casa.
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El juicio involucra a siete trabajadores de la salud: Leopoldo Luque, Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la doctora Nancy Forlini (coordinadora de Swiss Medical), el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón. La enfermera Gisela Madrid, también procesada, enfrentará un juicio por jurados. Los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach determinarán si los acusados son culpables de homicidio simple con dolo eventual, un delito que conlleva hasta 25 años de prisión.
La muerte de Maradona, a los 60 años, generó un impacto global y desató cuestionamientos sobre la atención médica que recibió en sus últimos días. La autopsia determinó que falleció por un edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada. Sin embargo, la investigación judicial apunta a posibles negligencias en su cuidado, especialmente tras su traslado a la residencia en Tigre.
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