En el cruce entre rayos invisibles y vidas salvadas, la ciencia se convierte en el escudo más poderoso contra la enfermedad. En Azteca Quintana Roo te contamos acerca de la relevancia del Día Internacional de la Física Médica y su impacto en la salud cotidiana.
Cada 7 de noviembre, el mundo conmemora el nacimiento de Marie Curie, la pionera que desentrañó los secretos de la radioactividad y abrió puertas a tratamientos revolucionarios contra el cáncer. Desde 2013, la Organización Internacional de Física Médica (IOMP) impulsa esta fecha para honrar a los físicos médicos, esos guardianes que aplican leyes de la física en hospitales, optimizando diagnósticos y terapias con precisión quirúrgica.
Imagina: sin su expertise, la radioterapia no dirigiría haces de alta energía solo a tumores, preservando tejidos sanos; la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) no capturarían imágenes nítidas del interior del cuerpo, detectando males como neumonías o cánceres tempranos. En México, la UNAM lidera con programas en su Facultad de Ciencias, formando especialistas que colaboran en centros como el Instituto Nacional de Cardiología, elevando la atención en radioterapia y medicina nuclear.
La Sociedad Mexicana de Físicos en Medicina (SMFM) organiza eventos anuales —charlas, recorridos virtuales y concursos— para visibilizar su rol en la atención sostenible. Estos avances no solo salvan vidas, sino que mejoran la calidad de existencia, recordándonos que la física no es abstracta: es el pulso de la curación moderna.
Edición de Video: Diego Benitez












