De aquí soy

Conforme pasa el tiempo me convenzo de que estoy en el mejor lugar para vivir y disfrutar los años que me queden por delante.

José Martín Sámano
Opinión
De aquí soy

¿Te regresarías a vivir a la Ciudad de México? Muchas veces me lo han preguntado desde que llegué a trabajar a Cancún en febrero del 2009. Mi respuesta siempre ha sido la misma, pero conforme pasa el tiempo me convenzo de que estoy en el mejor lugar para vivir y disfrutar los años que me queden por delante. Nunca tuve problema en adaptarme a la vida en este paraíso.

El calor no me molesta demasiado, ni la humedad. De hecho disfruto más los meses entre abril y octubre que es cuando las temperaturas son más altas (si bien odio a los mosquitos). Hay quienes de plano no pueden con este tema y terminan por irse a lugares más frescos, pero insisto, amo el calorcito porque además te permite disfrutar más del mar o a las albercas.

Cancún te adopta o te patea, es un dicho popular en la región y me parece que tiene mucho de verdad. Porque además del clima, quienes aquí llegamos de fuera tenemos que acostumbrarnos a que aquí quizás no haya tantas cosas que hacer como en la capital del país o alguna otra gran metrópoli en el país. Casi no hay museos o teatros. Tampoco hay tantos parques o espacios culturales, pero poco a poco han ido apareciendo y estoy seguro que esa seguirá siendo la tendencia.

Hay también quienes se quejan de que la oferta educativa no es suficiente para los hijos, pero a lo largo de los años recientes diversas instituciones educativas de renombre se han fortalecido y las opciones de carreras también han ido en aumento. Lo mismo sucede con el tema de la salud.

Ahora hay más hospitales públicos y privados y cada vez es más remota la necesidad de salir para tratarse en Mérida o a la CDMX.

La gastronomía está en auge. Y realmente ya no se puede decir que uno extraña las carnitas, la barbacoa, los de pastor y ni siquiera los de canasta. En esta ciudad he probado deliciosos moles oaxaqueños, cemitas poblanas, mariscos estilo Sinaloa y cabrito norteño entre otras especialidades regionales. Por supuesto que amo las playas y trato de hacer actividades al aire libre cada vez que tengo la oportunidad.

Aquí no tiembla y cuando llegan huracanes tenemos tiempo de sobra para prepararnos. Pero quizás lo que menos extraño de mi ciudad natal es el tráfico. En verdad que me enferma cada vez que tengo que ir y enfrentar un calvario desde que salgo del aeropuerto. Tengo fe en que vienen tiempos mejores. Cancún es muy joven, y a sus 53 seguro estoy que se asoma una época dorada.

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