El misterio de los agujeros negros; ¿Qué son y qué tipos existen?

Estos son los agujeros negros, tipos principales, su formación y cómo la ciencia moderna los estudia para desvelar los secretos de estos fenómenos cósmicos

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¿Te preguntaste alguna vez qué son los agujeros negros? Contrario a la imagen popular que evoca su nombre, los agujeros negros no son “agujeros” ni están vacíos. Son, de hecho, las concentraciones de materia más densas que se conocen en el universo, empaquetando una cantidad inmensa de masa en el espacio más reducido imaginable. Es precisamente esta densidad extrema lo que les confiere una fuerza de gravedad inmensurable, capaz de desafiar las leyes conocidas de la física.

Para entender la magnitud de su gravedad, pensemos en la Tierra. De acuerdo con la NASA, la gravedad es la fuerza que nos mantiene en el suelo y le da peso a nuestro cuerpo. Tu peso es la medida de la fuerza gravitacional que la Tierra ejerce sobre ti: a más materia en tu cuerpo, mayor es tu peso. De manera similar, mientras más materia contenga un objeto, mayor será su gravedad.

En el caso de un agujero negro, su atracción gravitatoria es tan colosal que ni siquiera la luz puede escapar de su agarre. Esto significa que, aunque una estrella brillante esté justo al lado de un agujero negro, este último permanecerá invisible. En lugar de reflejar la luz como otros objetos celestes, los agujeros negros la tragan para siempre, arrastrando consigo toda la materia que se aventura demasiado cerca de su horizonte de sucesos, el punto de no retorno.

Tipos principales de agujeros negros: De estrellas a supergigantes

Los astrónomos han identificado al menos dos tipos fundamentales de agujeros negros, cada uno con un origen y una escala impresionantes:

1. Agujeros Negros de Masa Estelar: El Legado de Estrellas Gigantes

Puedes imaginarlos como “agujeros negros de una sola gran estrella”. Este tipo de agujero negro se forma a partir del colapso de una estrella masiva que ha consumido todo su combustible nuclear. Cuando estas estrellas llegan al final de su vida, explotan en un evento cataclísmico conocido como supernova. Lo que queda de la estrella, su núcleo, se contrae bajo su propia gravedad, comprimiéndose en un objeto súper compacto: un agujero negro. Para que esto suceda, la estrella original debe contener mucha más materia que nuestro Sol, al menos unas 20 veces su masa. Por lo tanto, nuestro Sol, y la mayoría de las estrellas en el universo, nunca se convertirán en agujeros negros.

Estos agujeros negros de masa estelar son relativamente pequeños en tamaño, con diámetros de solo unas pocas decenas de kilómetros (quizás unos 40 kilómetros). Para ponerlo en perspectiva, nuestro Sol es tan grande que podría albergar aproximadamente un millón de Tierras en su interior. Ahora imagina una estrella con 10 veces la materia del Sol encogida a un espacio que podríamos recorrer en menos de una hora en coche. ¡La densidad es asombrosa!

2. Agujeros Negros Supermasivos: Los Gigantes del Cosmos

El otro tipo conocido es el agujero negro supermasivo. Piensa en ellos como “agujeros negros de un millón de grandes estrellas”, ¡ya que pueden contener la masa equivalente a entre 1 millón y 100 millones de soles! Los astrónomos creen firmemente que estos colosos cósmicos acechan en el centro de la mayoría de las galaxias, incluida nuestra propia Vía Láctea. El agujero negro supermasivo en el corazón de nuestra galaxia se conoce como Sagitario A*. Aunque su existencia es clara, los científicos aún no han desentrañado completamente cómo se forman estos gigantescos agujeros negros.

EDICIÓN: DIEGO BENÍTEZ

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