Imagina el instante en que un cuerpo, por 19 años en la inmovilidad, se eleva con pasos temblorosos pero firmes, desafiando lo imposible.
Emelie, de 19 años, nació con una condición congénita que le robó la movilidad desde la infancia. Confiada a una silla de ruedas, su vida transcurrió entre límites hasta que, en un centro de rehabilitación en Alemania, probó el ReWalk, un dispositivo robótico que envuelve las piernas con motores y sensores. Este exoesqueleto, desarrollado por ingenieros israelíes, detecta el balanceo del tronco y genera impulsos para caminar, subir escaleras y pararse erguida.
Expertos destacan beneficios como mejor circulación y densidad ósea, abriendo puertas a la independencia.












