Tortugas Marinas: La lucha por su supervivencia en Quintana Roo

Jercelia Herrera
Turismo

La temporada en la que miles de tortuguitas marinas nacen en las playas de Quintana Roo ha llegado. Sin embargo, en medio de este hermoso espectáculo de la naturaleza, los depredadores acechan, y de cada mil crías, solo una o dos logran llegar a la edad adulta. Acompáñanos en esta nota para conocer más sobre esta lucha por la supervivencia.

Desde el momento en que una tortuga marina es un huevo hasta su nacimiento, se convierte en una presa fácil para una variedad de depredadores, incluyendo mapaches, tejones, aves, hormigas, peces e incluso los seres humanos. La vida de estas criaturas es frágil desde el principio, y es esencial tomar medidas para protegerlas.

Jorge Pavón, un biólogo y guardián de estas especies en la zona central de Playa del Carmen, nos muestra su dedicación al recorrer más de 17 kilómetros cada día para proteger a las tortugas marinas. Jorge explica: “Todas las mañanas vengo a la playa tratando de ubicar y encontrar si hay algún nido en playa. En la zona centro, lo que hacemos es tratar de mover todos los nidos que encontremos, ya sea en la zona urbana, para evitar el saqueo, como es una zona turística, y evitar que los nidos sean dañados por los turistas.”

La temporada de tortugas marinas en Quintana Roo abarca desde mayo hasta octubre, pero es durante los últimos meses cuando estas criaturas comienzan a eclosionar, y el peligro se intensifica. Es crucial que la comunidad se involucre en la protección de estas especies en peligro.

Jorge Pavón enfatiza la importancia de no tener contacto directo con las tortugas marinas ni llevarse las tortuguitas a casa. Las tortugas no son mascotas, están destinadas a habitar el mar y no deben ser interrumpidas en su actividad natural. “El comercializar, transportar y tener contacto con tortugas marinas si no tenemos el permiso es un delito federal”, advierte Jorge.

Según el Artículo 420 del Código Penal Federal, aquellos que ilícitamente recolecten o almacenen huevos o crías de tortuga marina pueden enfrentar penas de prisión de uno a nueve años y multas que oscilan entre los 300 y los tres mil días de salario mínimo vigente. Afortunadamente, ha habido casos en los que personas que se han llevado tortugas marinas han sido conscientes de su error y las han devuelto de inmediato.

Es fundamental comprender que las tortugas marinas son una especie en peligro de extinción y que su supervivencia depende en gran medida de nuestras acciones. De mil ejemplares que salen del huevo, solo una o dos llegarán a la edad adulta. Por lo tanto, debemos evitar convertirnos en depredadores o cómplices involuntarios de su declive. Cualquier anomalía relacionada con estas especies debe ser denunciada al número de emergencia 911.

La protección de las tortugas marinas es una responsabilidad compartida por todos. Cada acción cuenta, y juntos podemos garantizar que estas hermosas criaturas tengan un futuro en nuestras costas.

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