¿Te has preguntado alguna vez por qué las manzanas flotan en el agua, mientras que otros objetos como las rocas se hunden? La respuesta se encuentra en un fascinante principio científico conocido como el Principio de Arquímedes.
¿Qué dice el Principio de Arquímedes?
El Principio de Arquímedes establece que la fuerza de empuje que actúa sobre un cuerpo sumergido en un fluido es igual al peso del fluido desalojado por dicho cuerpo. En el caso de la manzana, la fuerza de empuje del agua hacia arriba es mayor que la fuerza de la gravedad que la jala hacia abajo, lo que permite que la manzana flote en la superficie.
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El secreto está en la densidad y las manzanas
La densidad es una propiedad de la materia que nos indica la cantidad de masa que se encuentra en un determinado volumen. En el caso de las manzanas, su densidad promedio es menor que la del agua. Esto significa que, por cada unidad de volumen, una manzana contiene menos masa que la misma cantidad de agua, motivo por el que flotan.
Aproximadamente el 25% del volumen de una manzana está compuesto por aire. Este aire se encuentra atrapado en pequeñas bolsas entre las células de la fruta. Cuando la manzana se coloca en el agua, estas bolsas de aire desplazan una cantidad de agua mayor que su propio peso.
Este principio no solo explica por qué las manzanas flotan, sino que también tiene aplicaciones en diversos ámbitos, desde la construcción de barcos hasta el diseño de submarinos.
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La próxima vez que veas una manzana, recuerda que flotan en el agua, este simple fenómeno esconde un principio científico fundamental que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea.
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