Bajo la guía del Itzcuintli, el Perro, se encuentran las almas fieles, protectoras y profundamente analíticas.

Las personas nacidas bajo este signo se destacan por su amor al orden, su claridad mental y su gran capacidad para observar los detalles que otros pasan por alto. Son seres humildes, pero con un fuego interno que los impulsa a superarse constantemente.

Aunque a veces pueden parecer ambiciosos, en realidad buscan el equilibrio entre el deber y la búsqueda de su propio destino.