El altar de muertos no solo es decoración: cada elemento tiene un significado y propósito. Hoy te explicamos qué representa cada uno.

El agua es fundamental. Representa la pureza y se coloca para que los difuntos calmen su sed tras su viaje del más allá al mundo de los vivos.

La sal simboliza purificación y protección. Ayuda a preservar el cuerpo y a mantener alejadas las malas energías.

El pan de muerto es un símbolo de la eucaristía y la generosidad. Representa el ciclo de la vida y la unión con los que ya partieron.

Los alimentos y bebidas son los favoritos de los difuntos. Así, se les da la bienvenida con lo que más disfrutaban en vida.

Las fotografías y objetos personales recuerdan quiénes eran y mantienen viva su memoria.

Y el papel picado simboliza la fragilidad de la vida, y las velas guían a las almas en su camino de regreso a casa.

Con edición de Hanna Andrade