Le dan la vuelta a la realidad, echo mano del pasado ante señalamientos

Daniel Sangeado
Noticias

En medio de la oscuridad de la desinformación, una luz emerge: la verdad. A pesar de los intentos por eclipsarla, la verdad siempre se impone, revelando la realidad oculta tras los velos de la mentira.

En los recientes acontecimientos que han sacudido a México, el presidente López Obrador ha demostrado una furia desproporcionada ante la difusión de hechos de violencia por parte de los medios de comunicación. Sin embargo, esta ira parece más bien un intento desesperado por desviar la atención de la cruda realidad que enfrenta el país.

El mandatario ha intentado tergiversar los hechos, acusando a los medios de no abordar temas de violencia, cuando en realidad, la reunión a la que hace referencia fue para ratificar un acuerdo de cobertura informativa de la violencia, establecido en 2011 con la participación de 60 medios de comunicación, convencionales y digitales. Este acuerdo tenía como objetivo evitar la difusión de mensajes del crimen organizado, tomar una postura contra la violencia, alentar la denuncia ciudadana y no prejuzgar a los presuntos responsables.

El presidente, en su afán por distorsionar la realidad, olvida sus propias promesas incumplidas. Desde el inicio de su mandato, ha mantenido al ejército en las calles, contradiciendo su promesa de retirarlo. Además, su compromiso de combatir la corrupción se ve empañado por casos como el de Segalmex, donde se detectó un desvío de 15 mil millones de pesos bajo la dirección de un amigo cercano suyo.

Otro ejemplo claro de esta disonancia entre palabras y acciones es el caso del ecocidio perpetrado en la construcción del Tren Maya. A pesar de las promesas de cuidar el medio ambiente y sembrar millones de árboles, la obra arrasó con más de 7 millones de ellos, y el costo del proyecto se ha disparado exponencialmente.

Ante esta realidad, es crucial recordar que la verdad no es una cuestión personal, sino un imperativo ético y moral. Mientras el presidente difunde dichos, nosotros nos apegamos a los hechos, porque la verdad es el faro que guía nuestro camino hacia un futuro más justo y transparente.

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