El Anillo del Pescador y los sellos oficiales utilizados por el Papa Francisco fueron formalmente anulados este martes 6 de mayo, 16 días después de su fallecimiento. Así lo confirmó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, en la jornada previa al inicio del Cónclave 2025 que, a partir del miércoles 7 de mayo, reunirá a los cardenales electores para elegir al nuevo líder de los 1,400 millones de católicos.
La decisión de cuándo llevar a cabo la destrucción de estos emblemáticos símbolos recae en los propios cardenales, quienes han estado participando en las congregaciones generales previas al cónclave. Siguiendo la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, que regula el periodo de Sede Vacante, la congregación cardenalicia tiene el deber de “cuidar que sean anulados el anillo y el sello de plomo, con los cuales son enviadas las Cartas Apostólicas”.
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El rito de anulación del Anillo del Pescador se llevó a cabo incidiendo una cruz sobre su superficie, inutilizándolo de manera definitiva. Este anillo, distintivo de cada pontífice y símbolo de su autoridad pastoral, es retirado del dedo del Papa tras su muerte por el Camarlengo, cargo que actualmente ostenta el cardenal estadounidense Joseph Kevin Farrell, marcando así el final oficial de su pontificado.
La ‘cancelación’ tanto del anillo como de los sellos papales es una medida esencial para prevenir cualquier intento de falsificación o manipulación de documentos papales durante el interregno. Con el mismo propósito de garantizar la integridad y autenticidad de los actos de la Santa Sede, tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril, el Camarlengo y otras autoridades vaticanas procedieron a la clausura de su apartamento en la Casa Santa Marta, donde residió durante su pontificado, así como del Palacio Apostólico.
Estos apartamentos permanecerán sellados hasta la elección del nuevo Sucesor de San Pedro, quien deberá ser elegido a partir de mañana por los cardenales encerrados en la Capilla Sixtina. Una vez elegido, el nuevo Papa recibirá un nuevo Anillo del Pescador y el palio, otro símbolo del poder pontificio, durante la misa de inicio de su pontificado, retomando así la tradición y la continuidad del liderazgo de la Iglesia Católica.
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