Pocas figuras históricas generan tanta controversia como La Malinche, también conocida como Malintzin o Doña Marina. Durante siglos, su papel en la historia de México ha sido debatido: ¿Fue una traidora que entregó a los mexicas en manos de los conquistadores, o una sobreviviente que hizo lo que pudo en un momento crítico para proteger su vida? Su historia, llena de matices, merece ser vista desde diferentes ángulos para entenderla realmente.

Malintzin, una mujer nahua que fue entregada como esclava y terminó siendo intérprete, consejera y compañera de Hernán Cortés, fue clave en la comunicación entre los pueblos originarios y los españoles. Gracias a su conocimiento de lenguas como el náhuatl y el maya, facilitó negociaciones y alianzas que marcaron el rumbo de la conquista. Sin embargo, ¿realmente traicionó a los suyos? Algunos argumentan que, al no tener otra opción, simplemente cumplió un papel de sobrevivencia en un contexto dominado por la violencia y el sometimiento.

Por otro lado, es importante reconocer que Malintzin no era una figura completamente “libre”. Era una mujer en un sistema patriarcal y en un momento histórico donde las decisiones se tomaban a través de la fuerza. Su vida estuvo marcada por circunstancias que no escogió, y, aun así, logró posicionarse como una figura clave en un momento crítico de la historia. ¿Se puede juzgar con severidad a alguien que buscaba sobrevivir en un mundo lleno de amenazas?

Hoy, algunos historiadores y movimientos buscan resignificar su figura, viéndola no como una traidora, sino como una mujer que hizo lo necesario para adaptarse a las circunstancias. Este debate sigue vigente y despierta pasiones entre quienes la ven como símbolo de resistencia y quienes la consideran un personaje controversial.

Con edición de Hanna Andrade