Cuando Hernán Cortés llegó a tierras mexicanas, se encontró con un gran problema: no podía comunicarse con los pueblos indígenas. Ahí entró en escena La Malinche, quien hablaba náhuatl y maya, y servía de puente entre españoles y pueblos originarios.

Gracias a ella, se podían negociar alianzas, evitar conflictos y entender culturas muy distintas. Sin intérpretes como La Malinche, la historia de la conquista de México habría sido muy diferente. La Malinche no solo fue una intérprete, sino un enlace vital en la comunicación entre mundos distintos.

Con edición de Hanna Andrade