El tablero geopolítico se mueve a marchas forzadas este cierre de año. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aterrizó este sábado en Halifax para una reunión de último minuto con el primer ministro canadiense, Mark Carney, antes de emprender el viaje hacia Florida. El objetivo es claro: llegar con el respaldo de sus aliados a la reunión "decisiva" que mantendrá con Donald Trump en su residencia de Florida.
Zelenski no llega en un momento cualquiera. Apenas la noche del viernes, Rusia lanzó una de sus ofensivas más feroces, saturando los cielos ucranianos con más de 500 drones y decenas de misiles. “Es la respuesta de Rusia a nuestros esfuerzos; Putin no quiere la paz”, sentenció Zelenski, calificando la situación como “muy difícil”.
Trump y el "momento crucial" para la paz
Desde Canadá, el primer ministro Mark Carney aseguró que las negociaciones han llegado a un punto de no retorno. Carney destacó que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha logrado crear las condiciones necesarias para poner sobre la mesa una "paz justa y duradera".
La agenda en Mar-a-Lago no será sencilla. Zelenski y Trump revisarán tres puntos fundamentales:
- El borrador del plan de paz: Documento que Ucrania hizo público esta misma semana.
- Garantías de seguridad: El compromiso bilateral que Washington podría ofrecer para evitar futuras invasiones.
- Acuerdo económico: La reconstrucción de Ucrania como un motor de inversión.
Maratón diplomático en Europa
Para no dejar cabos sueltos, Zelenski ha pasado las últimas horas pegado al teléfono. Antes de cruzar el Atlántico, sostuvo conversaciones con figuras clave como el canciller alemán, Friedrich Merz, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Esta ofensiva diplomática busca unificar criterios antes de que se realice una reunión virtual con la Coalición de los Voluntarios.
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