En la pantalla que convierte pasiones en profesión, un like puede valer más que un sueldo fijo, pero ¿es esfuerzo o suerte? En TV Azteca Quintana Roo te contamos acerca de si ser influencer es un trabajo real y los desafíos detrás de la fama en redes sociales.
Ser influencer dejó de ser un hobby para convertirse en una profesión reconocida. Requiere dedicación plena: crear contenido original, editar videos, fotografiar, negociar con marcas, analizar métricas de engagement y mantener interacción constante con la audiencia. Horarios irregulares, presión por contenido diario y competencia feroz demandan estrategia, creatividad y resiliencia emocional ante críticas o algoritmos cambiantes.
Miles viven de esto: microinfluencers (10k-100k seguidores) colaboran con marcas locales, mientras macroinfluencers cierran contratos millonarios. Agencias especializadas gestionan campañas, y plataformas pagan por vistas o afiliados. No es solo “tomar fotos": implica estudio de tendencias, SEO en redes y manejo de crisis. Estudios revelan que el marketing de influencers genera retornos altos para empresas, validando su impacto económico.
Sin embargo, solo el 1% llega a la cima; la mayoría combina con otros ingresos. Requiere disciplina empresarial: impuestos, contratos y planeación financiera. Al final, sí es un trabajo real: exigente, incierto, pero gratificante para quienes lo toman en serio.
Edición de Video: Diego Benitez












