Desde tiempos prehispánicos, el chile ha sido parte esencial de la cocina mexicana. Se cultiva en todo el país y se usa de mil formas: fresco, seco, en salsas, adobos o hasta para darle color y textura a los platillos.

Pero su importancia va más allá del sabor: el chile representa identidad y tradición. Junto con el maíz y el frijol forma la famosa “tríada” que da vida a la gastronomía mexicana.

¿Y por qué lo usamos tanto? Porque el chile combina con todo, salsas, guisos, moles, y siempre aporta ese toque que hace únicos a nuestros platillos.

Además, no solo es delicioso, también es nutritivo: está lleno de vitaminas, minerales y beneficios que lo hacen indispensable en nuestra alimentación diaria.