El Papa León XIV recibió este domingo 1 de junio de 2025 a los ciclistas que participaron en la última etapa del Giro de Italia 2025. Durante su paso por la majestuosa Ciudad del Vaticano, los corredores hicieron una pausa en el frenético ritmo de la competencia para saludar al Sumo Pontífice.
La tranquilidad de este desvío en el recorrido, en contraste con la tensión habitual de la alta competencia, ofreció un momento verdaderamente único: una “carrera al revés”, donde la verdadera victoria consistió en reducir la velocidad, detenerse brevemente y cruzar miradas con el Papa. León XIV, con una sonrisa y un gesto de bendición, acompañó a los ciclistas en su travesía, en una escena que fusionó la fe y el deporte.
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El Pontífice aprovechó la ocasión para resaltar la importancia fundamental de los ciclistas como modelos inspiradores para los jóvenes de todo el mundo. “Sepan que son un modelo para los jóvenes de todo el mundo. El Giro de Italia 2025 se ama profundamente, no solo en Italia, sino en muchos lugares. El ciclismo es muy importante, como lo es el deporte en general”, acotó el Obispo de Roma, aplaudiendo con entusiasmo el espíritu de sacrificio, la disciplina y la camaradería que caracterizan a los deportistas de élite.
Así fue el encuentro de los ciclistas del Giro de Italia 2025 y el Papa León XIV
El Papa León XIV, con su característica cercanía, reflexionó sobre la necesidad imperativa de cuidar tanto el cuerpo como el espíritu, un mensaje que resonó profundamente con los ciclistas, quienes a diario someten su cuerpo a rigurosos entrenamientos para mantenerlo en perfecto estado físico. ‘Gracias por todo lo que hacen, son verdaderos ejemplos. Y espero que, así como cuidan su cuerpo, también el espíritu sea siempre bendecido. Que estén siempre atentos al ser humano en su totalidad: cuerpo, mente, corazón y espíritu’, expresó el Papa, cerrando su mensaje con una bendición para todos los participantes: “Que Dios los bendiga”, finalizó, agregando unas palabras en inglés, extendiendo así su mensaje a una audiencia global.
Esta iniciativa tiene sus raíces en una idea que fue acogida en su momento por el difunto Papa Francisco, quien había deseado acercar el Giro de Italia a la espiritualidad intrínseca de la Ciudad Eterna. Este año, el Papa León XIV revivió la tradición con un entusiasmo palpable, brindando una cálida y memorable bienvenida a los ciclistas en un contexto de profundo simbolismo y significado.
“¡Buenos días a todos! ¡Bienvenidos al Vaticano!”, comenzó la alocución del Pontífice, quien, desde la Plaza de los Protomártires Romanos (situada junto a la sacristía de la Basílica de San Pedro), saludó calurosamente a los corredores que iban pasando con sus bicicletas. La imagen de los ciclistas en sus uniformes de equipo, en contraste con la sobriedad del Vaticano, creó una estampa memorable que unió dos mundos aparentemente distintos.
“Es un placer saludarles en esta última etapa del Giro de Italia. Espero que para cada uno de ustedes sea realmente un día maravilloso”, añadió el Papa, destacando no solo la competencia deportiva y el esfuerzo físico, sino también el significado más profundo de esta singular cita: un momento simbólico que trasciende los límites del deporte, invitando a la reflexión sobre la vida, la perseverancia y la importancia de los valores humanos.
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