La familia Viveros Aguilar fue en contra de las creencias impuestas por la ciencia y crearon un viñedo en Quintana Roo. Pese a que las condiciones de suelo no son favorables, ya cuentan lograron diversas cosechas.
Por años, diversas investigaciones y especialistas aseguraban que el suelo de la entidad no era favorable para este tipo de cosechas. Sin embargo, esta familia probó lo contrario.
De esta manera, en la Zona Maya del Estado, realizaron las investigaciones pertinentes para lograr el fruto de la vid.
“La gente que pasaba aquí veía que nosotros, cuando teníamos plantitas estamos tirando alambrado y si nos tiraban de locos. Ahorita es media hectárea, tenemos 10 hileras de uva, alrededor de 115 matitas de las cuales ahorita están dando unas 45, 50 matas nada más”, aseguró José Viveros.
¿Cómo fue posible que se diera un viñedo en Quintana Roo?
La familia Viveros Aguilar, aseguró que para que esto fuera posible, primero se debían apoyar a los agricultores de la región.
“Me hablaron para darles el servicio de asesoría técnica. Lo primero que pensé fue eso, es una locura porque pues de primera mano sabemos que aquí en Quintana Roo por las cuestiones de temperatura no es habitable para una planta de uva. Le modifiqué la cuestión nutricional, un poquito más de nitrógeno, manejamos los productos convencionales y otros más orgánicos.”, mencionó el especialista Carlos Chit.
¿Cuánto tomó el lugar para rendir frutos?
El viñedo cuenta con plantitas que llevan año y medio y dos años creciendo. Actualmente, ya cuentan con racimos grandes y frondosos.
“Es su primera cosecha de estas plantas, la primera vez que están dando tienen un periodo desde que empieza a florecer hasta que maduran de tres meses aproximadamente.”, añadieron.
¿Dónde se ubica el viñedo?
Se encuentra a 60 kilómetros de la cabecera de Felipe Carrillo Puerto. Específicamente en la comunidad de Noh Bec.
¿Cuál es el siguiente paso para el viñedo?
Los especialistas aseguran que la primera cosecha no es ideal para crear vino, por lo que recomiendan esperar hasta el tercer año. De esta manera, la familia Viveros Aguilar contempla que el siguiente paso es descubrir si las uvas de la región son óptimas para la elaboración de dicha bebida.
“Ahorita tenemos uvas que son un poquito más dulces, se supone que para vino deben de ser un poquito más ácidas”, explicó el ingeniero agroquímico, Carlos Chit.
