A una semana de la masacre que estremeció a la comunidad judía y al mundo entero, Australia se detuvo este domingo para recordar a quienes perdieron la vida en la balacera de Bondi Beach. El reloj marcó las 18:47 h local cuando el silencio se apoderó de la famosa costa, solo interrumpido por el sonido de un violín y un piano en honor a los 16 fallecidos (incluyendo a uno de los agresores).
El lugar del ataque permanece tapizado de flores y velas que simbolizan el inicio de Janucá, la festividad que celebraban las víctimas cuando fueron interceptadas por Sajid Akram y su hijo Naveed.
Ahmed al Ahmed: El héroe de Sídney que unió a una nación tras la tragedia
El momento más emotivo de la jornada fue el reconocimiento a Ahmed al Ahmed. Aunque sigue hospitalizado por heridas de bala tras arrebatarle el rifle a uno de los terroristas, su padre recibió en su nombre la ovación más ruidosa del evento.
Este frutero de origen sirio no solo salvó decenas de vidas, sino que ha despertado una ola de solidaridad sin precedentes: ciudadanos han donado 2.5 millones de dólares australianos (una "lana" considerable que supera los 28 millones de pesos mexicanos) para su recuperación y el bienestar de sus dos hijos. Junto a él, se recordó el sacrificio de Boris y Sofia Gurman, la pareja de origen ruso que murió intentando frenar el ataque.
Tensión política y protestas
No todo fue solemnidad. El primer ministro Anthony Albanese fue abucheado por sectores de la población que exigen leyes de armas más estrictas y mayor protección. En Melbourne, el grupo ‘Put Australia First’ movilizó a cientos de manifestantes que acusan al Gobierno de permitir que la violencia ideológica escale en el país.
Actualmente, Naveed Akram, de 24 años, enfrenta 59 cargos criminales, incluyendo 15 por asesinato y uno por terrorismo. Mientras tanto, cuatro sobrevivientes siguen luchando por su vida en hospitales de Nueva Gales del Sur.
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