En Azteca Quintana Roo te contamos acerca de cómo una nuera decidió sorprender a sus suegros fingiendo ser la empleada doméstica de su propio esposo durante una visita en Estados Unidos.
La joven se arrodilló varias veces, sirvió a su marido con la mirada baja y simuló un trato sumiso, mientras la pareja planeaba la sorpresa sin avisar a los padres. Los suegros, al principio atónitos, reaccionaron con indignación: la suegra la ayudó a levantarse y la defendió firmemente, mientras el suegro cuestionó al hijo: “¿Por qué tratas a tu esposa como una sirvienta?”. El esposo respondió con calma: “Es mi esposa, está cuidando de mí”, lo que desató más reclamos.
Lo que empezó como una broma se convirtió en un recordatorio poderoso sobre el valor de la pareja.