En TV Azteca Quintana Roo te contamos acerca de técnicas prácticas de supervivencia si comienzas a sentirte en dificultad mientras nadas en playas o piscinas.
El pánico es el principal enemigo al ahogarte: activa la respuesta instintiva que hace agitar brazos y piernas, consumiendo energía y hundiendo más. Lo esencial es conservar la calma y controlar la respiración.
Primero, flota para descansar: inclina la cabeza hacia atrás, mantén boca arriba con pulmones llenos de aire, extiende brazos y piernas en forma de estrella para maximizar superficie. Respira profundo y lento; el cuerpo humano flota naturalmente con aire en pulmones.
Si te cansas en mar abierto, adopta flotación vertical: mueve suavemente manos en círculos (como “sculling") y piernas con patada suave de tijera o eggbeater para mantener cabeza fuera. Evita bracear fuerte; presiona agua hacia abajo con palmas para elevarte.
Si sientes corriente, nada paralelo a la costa hasta salir de ella, no contra. Pide ayuda con brazo alzado si puedes, pero prioriza flotar. Recuerda: la prevención salva vidas; aprende natación básica y lleva chaleco en actividades riesgosas.