El mes de diciembre en México no está completo sin las tradicionales Posadas Navideñas, estas fiestas populares previas al día de Navidad, llenando los hogares con el aroma de bebidas calientes, comida y la algarabía de los villancicos y las piñatas. Pero, ¿cuál es el verdadero origen de esta costumbre?
El significado de las posadas está intrínsecamente ligado al peregrinaje que realizaron María y José en busca de un lugar para el nacimiento de Jesús. Esta búsqueda de alojamiento es lo que se recrea en cada una de las nueve celebraciones.
Orígenes coloniales y la herencia azteca de las Posadas Navideñas
De acuerdo con textos publicados por dependencias, la forma actual de las posadas tiene una doble raíz histórica:
- Periodo Colonial: Durante el periodo colonial, los frailes en lugares como el convento de San Agustín en Acolman, Estado de México, utilizaban escenificaciones teatrales para relatar el nacimiento de Jesús.
- Misas de Aguinaldo: El origen también se relaciona con las "misas de aguinaldo", que se celebraban del 16 al 24 de diciembre al aire libre. En ellas se leían pasajes de la Navidad y se realizaban las "Pastorelas", donde se entregaban pequeños obsequios, el antecedente directo de los aguinaldos de hoy
Además, los aztecas celebraban la llegada de su dios Huitzilopochtli, conocida como Panquetzaliztli, una fiesta que era adorada justo en el periodo del 6 al 26 de diciembre.
¿Cuándo inician oficialmente las Posadas Navideñas?
Aunque los elementos han evolucionado (hoy no pueden faltar los buñuelos, velas y antojitos), la fecha de inicio se mantiene fija:
- Inicio oficial: Las Posadas Navideñas comienzan el 16 de diciembre, nueve días antes de Navidad (Nochebuena).
En México, se acostumbra que cada una de las nueve posadas se realice en un hogar diferente, con un canto especial que rememora la petición de alojamiento de María y José.
Peregrinos:
En el nombre del cielo
os pido posada,
pues no puede andar
mi esposa amada.
Posaderos:
Aquí no es mesón,
sigan adelante.
Yo no puedo abrir,
no vaya ser algún tunante.
Peregrinos:
No seas inhumano,
tennos caridad,
que el Dios de los cielos
te lo premiará.
Posaderos:
Ya se pueden ir,
y no molestar,
porque si me enfado
os voy a apalear.
Peregrinos:
Venimos rendidos
desde Nazaret,
yo soy carpintero
de nombre José.
Posaderos:
No me importa el nombre,
déjenme dormir,
pues yo ya les digo
que no hemos de abrir.
Peregrinos:
Posada te pide,
amado casero,
por solo una noche
la reina del cielo.
Posaderos:
Pues si es una reina
quien lo solicita,
¿cómo es que de noche
anda tan solita?
Peregrinos:
Mi esposa es María,
es reina del cielo,
y madre va a ser
del Divino Verbo.
Posaderos:
¿Eres tú José?
¿Tu esposa es María?
Entren peregrinos,
no los conocía.
Peregrinos:
Dios pague, señores,
vuestra caridad,
y que os colme el cielo
de felicidad.
Todos:
¡Dichosa la casa
que abriga este día
a la Virgen pura,
la hermosa María!
(Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)
TODOS:
¡Entren santos peregrinos, peregrinos,
reciban este rincón,
que aunque es pobre la morada, la morada
os la doy de corazón!
¡Cantemos con alegría, alegría,
todos al considerar
que Jesús, José y María, y María,
nos vienen a visitar!
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