En el eco de palmas que resuenan como latidos ancestrales, un arte emerge de la fusión cultural que define el alma apasionada de España. En TV Azteca Quintana Roo te contamos acerca de los orígenes históricos del flamenco y su evolución como expresión única de identidad.

El flamenco, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, no tiene un nacimiento preciso, pero sus raíces se hunden en el siglo XVIII en Andalucía, sur de España. Surge de una rica mezcla cultural: los gitanos, llegados en el siglo XV desde la India y asentados en regiones como Sevilla y Granada, aportaron su pasión y ritmos nómadas. Se entrelazaron con influencias árabes de la ocupación musulmana (siglos VIII-XV), judías sefardíes, cristianas y el folclore local andaluz, creando un arte de resistencia y expresión emocional.

Documentos tempranos, como referencias en 1770 a bailes gitanos, marcan su aparición, pero su forma actual se consolida en el siglo XIX con la profesionalización en cafés cantantes. El cante (canto profundo), toque (guitarra flamenca) y baile (con zapateado y palmas) evolucionaron de tradiciones como el fandango, seguiriyas y bulerías, influenciados por emigraciones mineras y puertos comerciales. Figuras como Silverio Franconetti y Antonio Chacón lo refinaron, liberándolo para improvisaciones expresivas.

Hoy, el flamenco trasciende fronteras, simbolizando dolor, alegría y duende —ese espíritu misterioso—. En México, resuena en festivales y academias, recordando lazos hispánicos.

Edición de Video: Diego Benitez