En Azteca Quintana Roo te contamos acerca de los cenotes sagrados, auténticos escenarios de rituales mayas que servían como portales al inframundo, conectando lo terrenal con lo divino según la cosmovisión de esta civilización.

PODRÍA INTERESARTE: Cenotes en Quintana Roo: Maravillas ocultas en la Riviera Maya

El más emblemático es el Cenote Sagrado de Chichén Itzá, también conocido como Chenkú o Cenote de los Sacrificios, un pozo de 60 metros de diámetro donde los sacerdotes ofrecían tributos a Chaac, dios de la lluvia. Entre las ofrendas se encontraban joyas de oro, cerámicas y, en épocas de sequía, niños y jóvenes, principalmente varones de 3 a 12 años, para asegurar fertilidad y prosperidad, según relatos de Fray Diego de Landa.

En Xlacah, cerca de Dzibilchaltún, se han encontrado más de 30 mil objetos rituales, incluyendo vasijas y huesos tallados, testigos de ceremonias preclásicas orientadas al renacimiento.

El Gran Cenote en Tulum, parte del sistema Sac Actun, albergaba altares dedicados a Ek Chuah, dios del comercio, con restos humanos de hasta 12 mil años que narran migraciones ancestrales.