La madrugada del 14 de septiembre de 1988, el Huracán Gilberto llegó a las costas de Cancún, con vientos sostenidos de 300 kilómetros por hora y con categoría 5; fue el primer ciclón en la existencia de la ciudad que se ‘llevó’ las arenas de las playas de la zona hotelera a su paso.
Ahora, en pleno 2025, a 37 años del paso del primer ‘monstruo’ hidrometeorológico que marcó la historia del destino turístico, TV Azteca Quintana Roo trae para ti detalles de lo que fue su paso por el Caribe Mexicano, y la lección que le dejó no sólo a la ciudadanía, sino también a los gobiernos posteriores.
PODRÍA SER DE TU INTERÉS: Tragedia en la Mérida-Campeche: Sube a 16 la cifra de muertos tras fuerte choque múltiple; identifican a cinco
Tanta fue la fuerza del Huracán Gilberto en los países a su paso por el Atlántico y luego por el Caribe, Caribe Mexicano, Golfo de México y territorio de Estados Unidos, que la Organización Mundial de Meteorología ordenó retirar ese nombre y desde entonces no puede ser utilizado para otras temporadas de ciclones.

Previo al paso del Huracán Gilberto en Cancún: ‘Isla inmune a ciclones’
De acuerdo con la recopilación de datos realizada por el cronista oficial de Cancún, Fernando Martí, para su libro ‘Fantasía de Banqueros’, este ciclón tomó por sorpresa a los habitantes de Cancún, e incluso al Gobierno de Quintana Roo, en ese entonces, encabezado por Miguel Borge Martín, ya que pensaban, junto a los hoteleros y empresarios ‘que no pegaría’ en la ciudad.
En ese entonces, relata Martí, se tenía la creencia de que la ubicación geográfica de Cancún era ‘privilegiada y exento de huracanes’, que los potentados sustentaron con presuntas suposiciones científicas.
Asimismo, uno de los fundadores de Cancún, Enrique Savignac, narró al cronista de la ciudad que solicitaron un estudio del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, en Miami, sobre el Caribe Mexicano, y el resultado obtenido los dejó ‘sin palabras’.
‘Nos quedamos asombrados cuando vimos los resultados: en un siglo completo, ninguna trayectoria pasaba por encima de Cancún. La isla (Cancún, hoy zona hotelera) parecía inmune a los huracanes’, relató Savignac a Fernando Martí.
Además, reveló, que tal era su confianza, que comenzaron a ‘pregonar’ por todas partes, incluso a periodistas y agentes de viajes, esto, pese a los dichos de los lugareños, y fue precisamente uno de ellos, conocido como el Cacique de Isla Mujeres, Don Ausencio Magaña, quien le dijo: ‘Esos bichos no tienen timón’, recordó.
🗓️🌀 Hoy se cumplen 37 años de la llegada del huracán "Gilbert" a Quintana Roo.
— Ángel Aldaír (@AngelAldair94) September 14, 2025
Debido a los impactos negativos asociados al hidrometeoro, la Organización Meteorológica Mundial decidió retirar el nombre de la lista y no se volvió a usar para otro ciclón tropical del Atlántico. pic.twitter.com/xbZSM5Q5tw
A días de la llegada del Huracán Gilberto, poca previsión, revelan
Asimismo, Fernando Martí recogió que para el 10 de septiembre de 1988, la Tormenta Tropical Gilberto, se convirtió en un huracán Categoría 1, y se localizaba al Sur de Puerto Rico, y que pese a que su trayectoria varió levemente mientras se movía en el Caribe, no desvió su paso hacia Cancún.
‘La gente se preparó mínimamente, los preparativos fueron pocos y aún con las imágenes satelitales de las enormes bandas nubosas de (del huracán) Gilberto, la actitud general fue despreocupada’, indicó Savignac.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Tragedia en la Mérida-Campeche: Sube a 16 la cifra de muertos tras fuerte choque múltiple; identifican a cinco
Cronología de las alertas ‘ignoradas’ por hoteleros; evacuación ‘no fue inmediata’, revelan
Fernando Martí retomó las palabras de Gabriel Escalante, entonces presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, que narró cómo fueron ignoradas las alertas que marcaban la cercanía del Huracán Gilberto a la ciudad.
‘Durante varios días citamos a junta en la Asociación de Hoteles para evaluar el avance del huracán, pero nadie iba. Las alarmas se dieron tardísimo, yo creo que por inexperiencia. Aunque nos iba a hacer daño, tuvimos que evacuar la zona hotelera. Yo tomé esa decisión junto con Pepe González Zapata, el presidente municipal. Pero nadie nos hacía caso, no nos creían, ni los yucatecos nos creían’, recordó Escalante.
Una de las frases que mencionó era que en Cancún no existía la ahora llamada ‘Cultura de Huracanes’, y que una tragedia a causa de un ciclón fue el del Huracán Janet, ocurrida en 1955, en Chetumal; asimismo, aseguró que nadie lo recordaba y que los entonces pobladores no venía de la capital de Quintana Roo, si no de otras parte de la Península de Yucatán y de México.
‘No va a pegar, se ufanaban en decir’, recordó Gabriel Escalante.
Huracán Gilberto y su llegada a Cancún
Por otro lado, Martí recopiló que el 13 de septiembre de 1988 amaneció soleado, ideal para actividades turísticas, por lo que se desarrollaron con normalidad las labores diarias en el destino turístico, pero por el mediodía, se decretó la temida Alerta Roja, y pese a ello, gerentes de hoteles se negaron a desalojar los edificios.
Para las 4:00 de la tarde de ese día, ya con el decreto de emergencia en vigor y las ráfagas de viento sintiéndose de manera intensa, los hoteles seguían sin evacuar; el Ejército cerró los accesos a la Zona Hotelera de Cancún.
Para la noche, recoge el libro ‘Fantasía de Banqueros’, ya comenzaban a ser arrastradas sobre remolques, patrullas que iban con sus sirenas activadas, así como turistas dejando los complejos hoteleros para buscar refugios o llegar al más cercano
Para la medianoche, los primeros minutos del 14 de septiembre de 1988, comenzaron los embates del Huracán Gilberto sobre Cancún que duraron aproximadamente ocho horas, el paso del ciclón en Quintana Roo.
Lugareños narraron al cronista oficial de la ciudad que para esa hora, comenzaban a aparecer proyectiles que volaban por todas partes, palmeras, anuncios espectaculares, láminas de metal y cartón, tablas, antenas parabólicas, y posteriormente, se fue la luz, quedando Cancún en la oscuridad y a merced del fenómeno hidrometeorológico que le azotaba con su fuerza.

Asimismo, detallaron quie algunas familias se apiñaron en lso refugios o espacio que creyeron más seguros, sin energía eléctrica, escuchando el zumbido y el ‘chiflido’ de los fuertes vientos, sin saber lo que pasaba afuera.
Para el amanecer del 14 de septiembre de 1988, el ‘ojo’ del Huracán Gilberto se posó sobre Cancún, por lo que hubo una relativa calma, donde algunos residentes aprovecharon para ver lo que había pasado, encontrando desolación; en la zona hotelera, muebles de hoteles y casas se encontraban sobre el Boulevard Kukulcán, así como hallar que el mar y la laguna estaban conectadas en varios puntos de la Isla Cancún.
Un residente de la Zona Hotelera de Cancún, Vagner Elbjorn, recordó que, durante esa calma, corrio a su casa, y encontró arena, un inmueble sin puertas, muebles o ventiladores, y en el patio trasero, que compartía con el Hotel Las Perlas, se hallaba un buque pesquero cubano: El Portachernera IV, que pesaba 480 toneladas, que llegó desde Isla Mujeres por la fuerza del ciclón, que permaneció por meses en el sitio, convirtiéndose en ‘punto turístico’ y testigo del paso del fenómeno.
La calma se acabó: el ‘ojo’ de Huracán Gilberto comenzó a moverse y con ello, regresaron los fuertes vientos, que provocaron el retorno a los refugios de aquellos curiosos que salieron a ver lo que sucedió en Cancún.
Casi tres meses de límite para poner de pie a Cancún
Posterior al paso del ciclón, el entonces presidente de México, Miguel de la Madrid, ordenó a dependencias y paraestatales iniciar de manera inmediata el ‘rescate’ de Cancún y demás zonas afectadas por el Huracán Gilberto, dando como mes de ‘relanzamiento’ diciembre de ese año.
Pese a la complejidad de las tareas, coordinadas por Miguel Borge Martín, entonces gobernador de Quintana Roo, lograron poner a Cancún en el mapa en diciembre, aún con algunas fallas, la ciudad era funcional para recibir nuevamente al turismo.
Pasaron 17 años para que otro ciclón causara aún más daños que ‘Gilberto’: El Huracán Wilma, que en octubre de 2005 permaneció tres días ‘estacionado’ en Cancún, dejando aún más daños a las dunas, la zona hotelera y urbana.
LEER TAMBIÉN: ¿Cerca de Quintana Roo? Avanza la zona de baja presión en el Atlántico con 70% de probabilidad de desarrollo
Respira el Mundo: Zona Hotelera de Cancún