En una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles y autoridades de todo el mundo, el Papa León XIV celebró la Santa Misa de Inicio de Pontificado. Previo a la solemne ceremonia, el Santo Padre recorrió la plaza en el papamóvil por primera vez, saludando a las miles de personas congregadas también a lo largo de la Vía de la Conciliación.
La ceremonia comenzó en el interior de la Basílica Vaticana con una profunda oración ante la tumba del Apóstol San Pedro, en compañía de los Patriarcas de las Iglesias Orientales. Desde este lugar sagrado, el Evangeliario, el Palio y el Anillo del Pescador fueron llevados en procesión hasta el altar situado en el atrio de la Plaza de San Pedro, mientras el coro entonaba la letanía de todos los santos, creando un ambiente de profunda solemnidad.
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Además, tras la proclamación del Evangelio, tres cardenales representando los diferentes órdenes (diaconal, presbiteral y episcopal) se acercaron a León XIV para entregarle las insignias episcopales “petrinas”. El cardenal Mario Zenari le impuso el Palio, símbolo de su autoridad como pastor, y el cardenal Luis Antonio Tagle le entregó el Anillo del Pescador, que representa su vínculo con el apóstol Pedro. La ceremonia prosiguió con el rito simbólico de la “obediencia”, donde doce representantes de diversas categorías del Pueblo de Dios, provenientes de distintas partes del mundo, incluyendo al cardenal brasileño Jaime Spengler, rindieron homenaje al nuevo Papa. Acto seguido, León XIV pronunció su esperada homilía.
“Fui elegido sin ningún mérito": Papa León XIV en su discurso de inicio de pontificado
Con el corazón lleno de gratitud, el Papa León XIV saludó a la multitud, citando una de las frases más célebres de San Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. El Santo Padre recordó los intensos días tras la muerte del Papa Francisco, quien dejó a la Iglesia “como ovejas sin pastor”.
Asimismo, a la luz de la Resurrección, el Colegio Cardenalicio se reunió en cónclave para elegir al nuevo Sucesor de Pedro, “llamado a custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, afrontar las preguntas, inquietudes y desafíos de hoy”.
Con humildad, el pontífice expresó: “Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría, recorriendo con ustedes el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una sola familia”.
Amor y Unidad: Pilares del Papado de León XIV
El pontífice destacó las dos dimensiones fundamentales de la misión que Jesús confió a Pedro: el amor y la unidad. Recordó cómo Jesús encomendó a Pedro la tarea de “pescar” a la humanidad para salvarla de las aguas del mal y de la muerte, una misión que sigue vigente hoy en día. Esta tarea es posible gracias al amor infinito e incondicional que Pedro experimentó de Dios, incluso en sus momentos de fracaso. Por ello, a Pedro se le confía la tarea de “amar más” y dar su vida por el rebaño.
“El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo, porque la Iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo. No se trata nunca de capturar a los demás con prepotencia, propaganda religiosa o medios de poder, sino siempre y únicamente de amar como lo hizo Jesús”.
Asimismo, el Papa León XIV enfatizó que Pedro y sus sucesores deben apacentar al rebaño sin ceder a la tentación de ser líderes solitarios o superiores, sino sirviendo la fe de sus hermanos, caminando junto a ellos. “Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”.
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"¡Miren a Cristo!": Clama el Papa León XIV para pedir la paz en el mundo
El Santo Padre lamentó la persistencia de la discordia, las heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios y el miedo en el mundo actual, así como un paradigma económico que explota los recursos y margina a los pobres. En este contexto, la Iglesia debe ser un “pequeño fermento de unidad, comunión y fraternidad”, diciendo al mundo con humildad y alegría:
"¡Miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! ¡Escuchen su propuesta de amor para convertirse en su única familia! En el único Cristo, somos uno”.
Concluyendo su homilía, el Papa León XIV exclamó: “Hermanos, hermanas, ¡esta es la hora del amor!”, exhortando a construir una Iglesia misionera, abierta al mundo y anunciadora de la Palabra. “Juntos, como un solo pueblo, todos hermanos, caminemos al encuentro de Dios y amémonos los unos a los otros”.
VIDEO: Los primeros minutos de León XIV como nuevo Papa desde la Basílica de San Pedro
