¿Abducción? Este es el caso Frederick Valentich, el piloto desaparecido en un encuentro OVNI

El piloto que desapareció en el aire y desató un misterio imposible de resolver. ¿Un objeto no identificado o simple desorientación? Esta es una historia que después de cuatro décadas todavía no ha encontrado su cierre sobre qué le ocurrió a aquel joven australiano en el estrecho de Bass. Te contamos más sobre el caso Frederick Valentich.

Frederick Valentich era el piloto más joven y desapareció misteriosamente durante un avistamiento OVNI en Australia un 21 de octubre de 1978. El joven de 17 años, volaba esa noche en una Cessna 182L, (VH-DSJ), sobre el mar al Sur de Melbourne, Australia.

El joven hacía horas de vuelo para acumular en su currículum con el objetivo de entrar en una compañía aérea. Su destino era la isla de King, entre Australia y Tasmania, donde compraría un encargo de langostinos para un grupo de oficiales de la Fuerza Aérea Australiana de Melbourne.

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A las 19:06 horas de la tarde, todo cambió y la historia de este joven piloto se convirtió en todo un misterio que ha usado teorías extraterrestres.En un informe por radio a su torre de control sobre el Estrecho de Bass comenzó a describir algo que estaban viendo sus ojos. “Un objeto largo y metálico” daba vueltas a gran velocidad con sus luces verdes.

El controlador de Melbourne, Steve Robey, solo oyó un rasguño y la transmisión se cortó. Del otro lado, el joven Frederick Valentich pronunciaba las últimas palabras que desconcertaron a los investigadores durante 44 años:

“Está yendo sobre mí otra vez, está viniendo y no es un avión”, avisó a bordo de su Cessna 182L alquilado y, desde aquel 21 de octubre de 1978, jamás lo volvieron a ver.

Nunca se encontraron ni los restos del avión ni su cuerpo, a pesar de la intensa búsqueda realizada por sus amigos de la Real Fuerza Aérea de Australia y del Servicio Marítimo.

Las personas fanáticas de los fenómenos ovnis encontraron en esta historia un fascinante misterio sin resolver, luego de que el caso llegó a la portada de un periódico australiano con este titular: “Misterio Ovni”.

El papá del joven prefería que su hijo hubiera sido abducido por los extraterrestres y que siguiera con vida, porque no encontraron rastro de él. Este hombre pensaba que Frederick había sido retenido por “gente de otro planeta” y conservaba la esperanza de que se lo devolvieran algún día.

Con la difusión de la historia, aparecieron supuestos testigos, quienes dijeron que habían percibido un objeto volador en el Cabo Otway. Colin Morgan, el capitán de un barco y su esposa, dijeron que una luz resplandeciente emanó de un objeto brillante durante casi una hora, cerca de Geelong. Los detalles coincidían con los que había dado Frederick en el último contacto.

A pesar de la cantidad de aparentes testigos que surgieron cuando se dio a conocer el misterioso caso de este joven piloto “abducido”, las autoridades refutaron cualquier versión.

En este caso, los informes de la época sugieren que el joven fue víctima del Triángulo del Diablo de Tasmania.

El misterio incrementó cuando un fontanero, que estaba de vacaciones con su esposa, identificado como Roy Manifold, se presentó con fotos tomadas 20 minutos antes de la última comunicación de radio de Frederick.

Aseguró que quería retratar la puesta de sol y que notó algo extraño al hacer el revelado, porque la cuarta imagen mostraba un “bulto negro” que parecía agitar el mar, mientras que la sexta a una masa oscura que se elevaba sobre el cielo.

Un agricultor declaró que había una pequeña aeronave que perdía aceite y grabó el número de registro de la cola del avión en su tractor, que coincidía con el Cessna desaparecido.

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Se sabe que este joven era un aficionado de los ovnis y de acuerdo con la que fue su novia, Frederick estaba convencido de que sería visitado por ellos.

Aunque soñaba con ser piloto, este joven fue rechazado por la Real Fuerza Aérea Australiana y reprobó los exámenes de piloto comercial. Su licencia de piloto privado también era cuestionable, ya que acumulaba tres infracciones.

Esa noche, se le autorizó el vuelo con solo 150 horas que lo respaldaban. El 21 de octubre de 1978 alquiló un Cessna y presentó su plan para recorrer 121 millas hasta King Island. Le dijo a las autoridades que recogería a unos amigos e incluso cargó cuatro salvavidas, aunque luego se descubrió que eso era falso y jamás se supo el verdadero motivo de su vuelo.

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Al momento de su último vuelo llevaba el tanque lleno, todo parecía normal hasta que preguntó sobre el tráfico debajo de los 5000 pies, al recibir una negativa comenzó a relatar el objeto alargado, metálico y con luces verdes que lo sobrevolaba. Posteriormente, dijo que “se desvaneció” y que reapareció desde el sureste.

A continuación, reportó fallas en su motor: Sus últimas palabras, a las 7.12 pm, fueron: “Mis intenciones son ir a King Island. Ah, Melbourne esa extraña aeronave está revoloteando encima de mí otra vez… está revoloteando y no es un avión”.

El informe policial sobre el accidente en 1982 determinó que no se podía encontrar la causa de la desaparición, lo que desató múltiples teorías.

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