Durante unos días, la Capilla Sixtina, en El Vaticano, se convertirá en el epicentro de la historia contemporánea, pues es el lugar donde, a partir del miércoles 7 de mayo, comenzará el Cónclave 2025, donde los más de 110 cardenales con derecho a voto, elegirán al nuevo Papa, sucesor inmediato de Francisco; pero, este rito se rige bajo un reglamento, que fue modificado con la publicación de la Constitución Apostólica Universi Domicici Gregis, de Juan Pablo II.
Si deseas conocer cómo se rige la elección papal y qué ritos o procesos que conlleva la búsqueda y las votaciones en las que uno de los purpurados se convierte en el Santo Padre número 267, TV Azteca Quintana Roo te trae a detalle cómo es este evento importante en la historia de la Iglesia Católica.
TE RECOMENDAMOS: Cónclave 2025: Estos son algunos de los cardenales que elegirán al nuevo Papa
¿De dónde proviene la palabra Cónclave?
El término Cónclave, deriva del latín “cum-clavis” (con llave), y evoca un espacio reservado y cerrado dentro de una casa. En el lenguaje eclesiástico, designa tanto el lugar físico donde se lleva a cabo la elección del nuevo Papa como el Colegio de Cardenales con la misión de designar al nuevo líder de la Iglesia universal.
¿Cuál es el reglamento y pasos del Cónclave?
La legislación que rige actualmente la elección papal es la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996 y posteriormente modificada por el Papa Benedicto XVI en 2013, previo a su renuncia al Solio de Pedro. Esta normativa establece, entre otros aspectos fundamentales, que el Cónclave debe desarrollarse en la Capilla Sixtina, un lugar definido como la “Via Pulchritudinis” (el camino de la belleza), capaz de elevar la mente y el corazón hacia lo Eterno.
El Motu Proprio ‘De Aliquibus Mutationibus in Normis de Electione Romani Pontificis’ de Benedicto XVI introdujo una modificación significativa: tras 34 votaciones sin que se alcance una elección, los cardenales deben votar únicamente por los dos nombres que hayan recibido la mayor cantidad de sufragios en la última votación, manteniendo la exigencia de una mayoría de dos tercios para la elección del nuevo Pastor de la Iglesia universal, incluso en esta segunda vuelta.
¿Quiénes tienen el derecho al voto en el Cónclave?
Los únicos facultados para elegir al nuevo Pontífice son los cardenales electores, es decir, aquellos miembros del Colegio Cardenalicio que no hayan cumplido los 80 años de edad en el día en que la Sede Apostólica quedó vacante. En este Cónclave 2025, se espera la participación de 115 electores, tras la renuncia de dos cardenales a participar.
El recinto sagrado del Cónclave, ¿dónde se desarrolla?
Las normas que regulan el Cónclave están diseñadas para salvaguardar la libertad de los electores y su inmunidad ante cualquier injerencia externa indebida. Al mismo tiempo, garantizan que este acto trascendental se desarrolle en un contexto de recogimiento sagrado, acorde con la elección del Sucesor de Pedro. El Cónclave, con su característico aislamiento de los electores, fue instituido por el Papa Gregorio X en el II Concilio de Lyon en 1274, tras la prolongada elección del propio Gregorio X. Los principios fundamentales de esta institución han permanecido esencialmente inalterados.
Desde el pontificado de Juan Pablo II, el alojamiento designado para los cardenales electores durante la elección papal es el edificio denominado Casa Santa Marta, ubicado dentro de la Ciudad del Vaticano y, que tras la elección del Papa Francisco, se convirtió en residencia oficial del Santo Padre. Las votaciones, en cambio, deben realizarse exclusivamente en la Capilla Sixtina, un lugar absolutamente reservado hasta la conclusión de la elección, asegurando así el secreto total de todo lo que allí se haga o se diga, directa o indirectamente, sobre la elección del Sumo Pontífice.
LEER TAMBIÉN: ÚLTIMAS NOTICIAS SOBRE EL CÓNCLAVE 2025: PREPARATIVOS, ENTRADA Y ELECCIÓN PAPAL
Plazos y ritos iniciales del Cónclave
La Constitución Universi Dominici Gregis establece que el Cónclave debe ser convocado 15 días después del inicio de la Sede Vacante, plazo que el Colegio Cardenalicio puede extender hasta un máximo de 20 días. Sin embargo, Benedicto XVI otorgó a los cardenales la facultad de anticipar el comienzo del Cónclave si se constata la presencia de todos los cardenales electores, un escenario que podría concretarse en esta ocasión al no tener que celebrarse las exequias del Papa anterior.
La preparación adecuada para la elección del Romano Pontífice se lleva a cabo a través de las reuniones de los cardenales, conocidas como Congregaciones Generales y Particulares, que se celebran diariamente desde el inicio de la Sede Vacante hasta el comienzo del Cónclave.
El día de inicio de la elección papal, los cardenales electores participan en una solemne celebración eucarística, la misa “Pro eligendo Papa”. Por la tarde de ese mismo día, los electores se dirigen en procesión solemne desde la Capilla Paulina a la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico, invocando la asistencia del Espíritu Santo con el rezo de las Letanías a los Santos o Litaniae Sanctorum, así como el canto del Veni Creator Spiritus.
El secreto del Cónclave, una regla severa e irreblocable
Los cardenales están obligados a mantener un secreto absoluto, sobre todo lo concerniente a las votaciones para la elección del Sumo Pontífice, bajo la grave pena de excomunión latae sententiae (automática). Esta obligación de secreto se extiende también a todas las personas no cardenales que, por diversas razones, estén presentes en el Cónclave (personal médico, de servicio, etc.).
Benedicto XVI introdujo sanciones penales específicas para estas personas que infrinjan el secreto absoluto y perpetuo sobre lo que directa o indirectamente tenga que ver con la elección del nuevo Papa, estableciendo también la excomunión automática, cuya absolución solo puede ser concedida por la Santa Sede.
Aislamiento del mundo exterior, para mantener la secrecía y el misterio
La solemne frase "¡Extra omnes!”, pronunciada por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, indica que todas las personas ajenas al Cónclave deben abandonar la Capilla Sixtina.
Durante las sesiones de votación, todas las puertas de la Capilla deben permanecer cerradas y custodiadas. Durante el encierro y la elección papal, se prohíbe estrictamente cualquier contacto de los electores con el exterior, incluyendo el uso de medios de comunicación como prensa, radio, cartas, televisión e internet.
El desarrollo de las votaciones del Cónclave
En la Capilla Sixtina, los electores prestan el juramento prescrito y, tras una meditación sobre la gravísima responsabilidad que recae sobre sus hombros y la necesidad de actuar con recta intención por el bien de la Iglesia universal, proceden a los escrutinios.
El juramento que realizan es el siguiente:
Et ego (nombre) Cardinalis (apellido) spondeo, voveo ac iuro silentium. Sic me Deus adiuvet et haec sancta Dei Evangelia quae manu mea tango.
Que traducido al español, el juramento lee:
Y yo, (nombre) Cardenal (apellido), prometo, me obligo y juro el silencio. Que Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano.
Todo cardenal elector presente en el Cónclave está obligado a votar de manera visible (aunque el voto en sí debe ser secreto), pronunciando la fórmula establecida al depositar su papeleta. No se contempla la posibilidad de abstenerse de votar, aunque no se excluyen los votos en blanco.
Cada vez que un cardenal emita su voto, deberá recitar la siguiente fórmula:
Testor Christum Dominum, qui me iudicaturus est, me eum eligere, quem secundum Deum iudico eligi debere.
Que, al español, se lee:
Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido.
Se considera nula –y sus autores serían castigados con la excomunión latae sententiae– cualquier forma de “pactos, acuerdos, promesas u otros compromisos de cualquier género, que los puedan obligar a dar o negar el voto a uno o a algunos”. El libre intercambio de opiniones entre los electores, los días de reflexión y oración, y las exhortaciones espirituales predicadas durante el Cónclave son los medios previstos para facilitar que los cardenales electores formen su juicio y alcancen un consenso.
No existe un límite preestablecido en el número de votaciones. Se realizan cuatro escrutinios cada día: dos por la mañana y dos por la tarde. En principio, se llevan a cabo tantas votaciones como sean necesarias hasta que el Sumo Pontífice sea elegido por la mayoría cualificada de dos tercios requerida.
La forma extraordinaria de elección
Si tras 33 o 34 escrutinios no se alcanza un resultado positivo, se pasa obligatoriamente a la forma extraordinaria de elección, introducida por Benedicto XVI. Esta consiste en una votación de balotaje entre los dos cardenales que hayan obtenido el mayor número de votos en el escrutinio precedente, manteniendo la norma de que también en estas votaciones se requiere para la validez de la elección la mayoría cualificada de al menos dos tercios de los sufragios de los cardenales presentes y votantes.
En los escrutinios efectuados bajo esta modalidad, los dos candidatos no tienen voz activa, es decir, ya no pueden votar.
Aunque actualmente no parece una posibilidad viable, se contempla la elección de un candidato que no sea obispo o que resida fuera de la Ciudad del Vaticano. El último Papa elegido sin ser cardenal fue Urbano VI (1378-1389). Si el elegido no tuviera el carácter episcopal, una vez que dé su consentimiento, deberá ser inmediata y solemnemente ordenado obispo.
PODRÍA INTERESARTE: Becciu, el ‘Cardenal Rebelde’, no entrará al Cónclave 2025; Vaticano lo ‘frena’
Habemus Papam: La aceptación del electo en el Cónclave y el anuncio del nuepo Papa al mundo
El Cónclave concluye inmediatamente después de que el nuevo Papa elegido haya dado su consentimiento a la elección, a menos que él mismo disponga otra cosa. El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario, extiende el acta auténtica de la aceptación y del nombre elegido por el Papa. En ese instante, cesa el estado de Sede Vacante y el Papa comienza sus funciones efectivas. La tradicional fumata blanca que emana de la chimenea de la Capilla Sixtina anuncia al mundo que la Iglesia Católica tiene un nuevo líder.
Finalmente, el Cardenal Protodiácono es el encargado de ir al Balcón Central de la Basílica de San Pedro, para leer la fórmula del Habemus Papam, dando a conocer el nombre del cardenal y cómo será llamado como Pontífice a partir de ese momento.
Colegio Cardenalicio elige fecha del Cónclave 2025: será el 7 de mayo