Este 23 de junio se conmemora el Día Internacional de las Viudas, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 2011 con el propósito fundamental de visibilizar las complejas y a menudo adversas condiciones que enfrentan millones de mujeres tras la pérdida de su pareja. La organización sostiene que, para muchas, la devastadora pérdida de su cónyuge se ve magnificada por una lucha prolongada por sus derechos básicos y su dignidad.
Se estima que, a nivel global, existen más de 258 millones de viudas, una cifra en constante aumento debido a factores como los conflictos armados, los desplazamientos forzosos y las crisis sanitarias. Estas mujeres, en diversas partes del mundo, se enfrentan a desafíos sistémicos que las colocan en situaciones de extrema vulnerabilidad.
TE RECOMENDAMOS: 124 nuevos beatos: Papa León XIV aprueba beatificación de mártires de la Guerra Civil Española
Estos son los fuertes desafíos a los que se enfrentan las mujeres viudas
El paso de guerras y pandemias expuso crudamente que a las viudas a menudo se les niegan los derechos de herencia, se les arrebatan sus propiedades y pueden ser objeto de estigma y discriminación social, incluso siendo señaladas como “portadoras de enfermedades”.
En ese sentido, a nivel global, la ONU resalta que las mujeres tienen, en general, menos posibilidades de acceso a pensiones de vejez en comparación con los hombres. Esta disparidad significa que la muerte de su pareja puede conducir a las mujeres mayores directamente a la indigencia.
La pobreza es una de las consecuencias más devastadoras. Sin el respaldo económico de una pareja, las viudas se enfrentan a la negativa de créditos o al acceso a otros recursos económicos, incluso para el cuidado y la educación de sus hijos. Muchas veces, su sustento depende precariamente de la caridad de los parientes de su esposo, y en ocasiones pueden heredar incluso las deudas del difunto.
La violencia es otro flagelo. Las mujeres cuya pareja murió son a menudo víctimas de violencia física y mental, especialmente en disputas por herencias. En algunos países, son forzadas a participar en prácticas tradicionales perjudiciales, degradantes e incluso peligrosas como parte de los ritos de sepultura y duelo. Ejemplos extremos incluyen ser obligadas a beber el agua con la que se lavó el cadáver del esposo, a sostener relaciones sexuales con parientes varones, a raparse el cabello o a realizarse cortes superficiales en la piel para crear cicatrices (escarificación).
TE PUEDE INTERESAR: ¡Atención! Cortes de agua en Cancún e Isla Mujeres este 23 de junio de 2025: Estás son las colonias afectadas
En el ámbito de la salud, la falta de ingresos fijos hace a las viudas vulnerables a la nutrición deficiente, el abandono y, nuevamente, la violencia. Son particularmente vulnerables al VIH y SIDA, ya que a menudo no se les informa que su esposo murió por esta enfermedad, y la inseguridad económica empuja a algunas, en ocasiones, a convertirse en trabajadoras sexuales, aumentando su riesgo.
Finalmente, los conflictos armados son una fuente masiva de viudez. Una gran cantidad de mujeres pierden a sus esposos en estas situaciones, quedando desplazadas en campos de refugiados o en países de asilo, donde se ven expuestas a violaciones, mutilaciones y a ser infectadas de VIH.
Estos son cuatro datos interesantes sobre la historia de Quintana Roo