Imagina una estación de tren japonesa al borde de la quiebra, con pasajeros escasos y un futuro incierto: esa era la realidad de la estación Kishi en 2006, hasta que llegó Tama, una gata callejera de pelaje gris que conquistó corazones y boletos.
Adoptada por el gerente, quien la vio como un símbolo de esperanza, Tama se convirtió en la primera maestra de estación felina, saludando a los viajeros con su encanto irresistible a cambio de golosinas, lo que disparó las visitas en un 17% y generó millones en ventas de merchandising con su imagen adorable, desde boletos temáticos hasta figuras coleccionables.
Ascendida a supermaestra en una ceremonia épica, Tama no solo salvó la estación de tren de Wakayama de cerrar, sino que inspiró una dinastía de gatos guardianes que mantienen viva su magia hasta hoy, demostrando que un simple ronroneo puede transformar destinos. Para más historias curiosas como esta, síguenos en TV Azteca Quintana Roo.
EDICIÓN AUDIOVISUAL: ESTEFANÍA CANO












